martes, 4 de diciembre de 2012

El salvador

Es complicado expresar la sensacion que me ha producido El salvador, tan complicado como explicar el contraste de un pais con la gente mas tranquila y más pausada al hablar, mas, con uno de los indices mayores de violencia del mundo. Por esta violencia que campa en las calles, uno podria pensar que el salvadoreño quiere abandonar su pais, pero este anhelo, no lo expresa sin imediatamente antes, deshacerse en alabanzas para con el abanico de cosas lindas a ver a lo largo y ancho del pais. Este estribillo, como dicho por obligacion y sin entusiasmo, inunda tambien las ondas radiofonicas y la television en campañas, que recuerdan a esas frases que uno se repite ante el espejo para darse animos, Lip dubs catódicos dirigidos a subir la autoestima de todo un pais.
Pero nada de esto, ni tampoco las siete verguenzas salvadoreñas, que coinciden más o menos con los 7 pecados capitales, (pues segun el interlocutor varian), y que un autóctono insigne insiste en que yo ya he adquirido, (creo que debido a mi afan por el mimetismo con los lugareños de donde me halle). Pues eso que ninguna de estas cosas puede eclipsar, a un pueblo amable, pero amable apelando a el significado primigenio de la palabra, es decir, fácil, muy fácil de amar, donde uno entre gente sencilla, sencillamente se encuentra feliz. Y sin una fecha que marque su salida queda atrapado en esa espiral, de personas con todas las letras, conversaciones pausadas e interesantes historias, que es San salvador.

Pirata en El salvador

Hay algún pirata por acá, no se estamos tan lejos del mar, que no creo, es difícil según se, que respiren lejos del mar, este tiene forma atípica, trata de buscar las montañas, pero no solo eso, y no solo las montañas en su sentido figurado, sino algún espacio, las montañas ya no tienen oro, que hace acá?, sin embargo este cree poco en esas montañas al menos eso me parece, busca las que aun existen, puede resultar curioso, pero el me contó con su lenguaje pausado y con la mirada fija como quien mira una serpiente, que desde hace un tiempo, buscaba montañas de sonrisa, de palabras y de afectos de gente, pero principalmente de seres humanos. Resulto curioso que se allan llevado todo durante la conquista, y que aun se lo sigan llevando todo. Pero hay algo que no se pueden llevar y que creo no se lo van a llevar nunca, y son estas montañas que este pirata busca....Aunque el que las encuentre sera feliz...
Padiuch tata Alberta...yec chigalagan...uyulo

Escrito por Rogelio Rojas "Rojo" como carta de despedida ante mi marcha de El salvador, la cual tanto me emociono. Padiuch tata Roja

lunes, 19 de noviembre de 2012



Un viaje de mil millas empieza con un paso…


La última vez que “El Pirata” surcó los mares del este lo hizo a sabiendas de que tardaría mucho tiempo en recorrer de nuevo sus cálidas aguas. Tal vez fuera esa la razón que dibujaba en sus ojos un halo de melancolía, pero la decisión estaba tomada y “El Pirata” no era hombre de arrepentimientos. Atrás quedaban sus peripecias por el mar del norte, dónde bailarinas de largas melenas danzaron para él noches enteras; sus aventuras con las tribus indígenas que jamás ningún imperio conquistó y sus duelos a muerte con los “perros obedientes” de sus majestades los Reyes de Castilla, de los cuáles siempre salía victorioso.
Antes de abandonar la cubierta recordó  los cantos que,  entorno a una botella de ron, servían como celebración por los botines que la vida le había ido brindando; las charlas con los viejos camaradas marineros que habían compartido sus viajes y el sonido de aquel tambor oxidado que tanto le gustaba tocar. Pero por extraño que pareciera,  todos esos momentos no hacían más que recordarle el motivo de su inexorable partida, empujándolo como el viento desatado que hincha las velas en los días de tormenta y que, pese a retorcer cada rincón de la nave con su fuerza, ayuda a sus tripulantes a alcanzar el deseado sosiego de mares más tranquilos.
La voz de uno de los grumetes alertó del momento del desembarco, y el ruido ensordecedor del ancla resonó en su cabeza como un cañonazo que devuelve al marinero a la crueldad de la batalla. Sabía que era la travesía más difícil y peligrosa a la que se había enfrentado, y de la que probablemente jamás volviera…
… sin embargo “El Pirata” sonrío pícaramente y, convencido de ganarle la partida al destino por enésima vez, dió de nuevo el primer paso …


Este articulito previo a el inicio del viaje esta escrito desde Valencia por Fran, pionero y diseñador del blog